
Canícula
Dos o tres escalones para llegar al terraplén. Son los restos de un discurso amoroso. Dos o tres gaviotas con aceite de buque en el pico, perdidas en la tarde: huelen a contaminación, a basurero industrial, a mugre de río. Pero esto no es Manhattan, pienso, es Buenos Aires. Continúa leyendo Canícula